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miércoles, 15 de febrero de 2012

CAPITULO IV: LEALTAD Y HONOR

LEALTAD Y HONOR

AVISO: Este relato contiene spoiler de las novelas de la Herejia de Horus.
Dreadnought Contemptor Pre-herejía
Loken estaba en su habitación solo. Desde que había llegado el grupo de Tallarn, algo le inquietaba. El depósito les daba un respiro, pero todavía había muchas cosas que hacer, demasiadas, y muy poco tiempo para hacerlas. La organización de una Legión no se hacía de un día para otro. Durante los últimos siglos, tanto el cómo sus camaradas superviviente se habían dedicado a hacer una base estable en aquella roca, antes conocida como Isstvan III. El planeta estaba desolado, solo había escombros y restos de muerte. Eso lo sabía él desde hacía tiempo. Al principio todo fue fácil, ya que poco a poco y con la ayuda de sus amigos había logrado hacer un grupo de especialistas bastante interesante.  La llegada del tecnomarine  y del apotecario fue una brisa de aire fresco. La incorporación después de un veterano como Radiax también hizo mucho bien. Iacton lo encontró quien sabe dónde y lo recluto cuando casi era un niño para la causa. Acababa de entrar en la Guardia Imperial, y había sobrevivido a un ataque de pieles verdes, dirigiendo a un grupo reducido de soldados y a civiles hacia un sitio seguro. Aquello fue mal visto por un comisario demasiado exigente, que estimaba que no debía de haber abandonado su posición. Iacton apareció en el momento que iban a ejecutarlo, gracias a la explicación de algunos civiles a los que conocía. Se enfrentó al comisario, y salvo la vida de Radiax. Y se lo trajo a él. Tenía por aquel entonces quince años, y para él resultaba demasiado mayor para convertirlo en astarte. Afortunadamente, el apotecario fue muy hábil y sobrevivió sin ninguna tara. En poco tiempo se convirtió en un candidato para las escuadras tácticas, donde sobresalió por encima del resto. Eso fue hacia unos cien años. Desde entonces los había acompañado a él y Nero en muchas misiones y confiaba ciegamente en él.
Y ahora aquello. Habian encontrado un sarcófago dreadnought, antiguo, sería una reliquia. Arteus le había comentado que podría ser de la época de la Herejía, y aquello lo asustaba. Le aterraba saber quién era, quien había encerrado allí. Tal vez fuera algún antiguo hermano, incluso alguno al que considerara como amigo. Aquello no tenía cabida en la cabeza de Garviel. Muchas Legiones, y actualmente capítulos recurrían a ello para rescatar a guerreros celebres que había quedado no muertos, pero si con heridas muy graves para continuar peleando. Pero aquello era algo más. Notaba algo no natural, algo malsano en aquel sarcófago. No sabía si Horus había encerrado allí aun leal o a un traidor, pero aun así no le gustaba. Arteus había dicho que los procesos cognitivos no eran naturales, que habían sido creados en un laboratorio, lo cual también se lo corroboro Dremis. Sea lo que hubiera allí no era natural. Tenía material genético, pero también había algoritmos de programación muy avanzados, tal vez procedentes de algún proyecto secreto del Mechanicum Oscuro. Porque era de ellos, seguro, se lo había confirmado Arteus. Tenía la marca del Fabricador General de Marte. Y  él se unió a Horus contra el Emperador. El tecnomarine le había explicado, con muchos tecnicismos, que según había podido deducir aquello era una versión del Proyecto Kaban, uno de los mayores secretos del Mechanicum. Según le explico era una IA que controlaba un cerebro humano, generado en laboratorio. Aquello aterrorizaba a Loken aún más. Según Arteus, se habían basado en un ser vivo, para hacerlo. El tejido proporcionaba la base, el resto todo era programación. El Kaban original no era ni la mitad de sofisticado que aquel. Envuelto en todos estos pensamientos, su comunicador sonó.
-          Sí.
-          Comandante, aquí Arteus- dijo el tecnomarine con voz metálica- le necesito en el manufactorum inmediatamente.
Garviel tardo una media hora en llegar. Era el primer manufactorum creado por Arteus. Era tosco y pequeño, nada comparable a los creados por los adeptos del Mechanicus. En su exterior estaba el Fellblade, listo para ponerse a trabajar sobre él, pero no podrían hacerlo hasta que no llegase la embajada de Marte.
Loken entro en la forja. Allí estaban Arteus, Dremis y también Nero. Era importante si estaban allí los tres.
-          Bien, que pasa- dijo Loken mirando a los tres astartes.
-          Arteus nos ha hecho venir- dijo el apotecario con la armadura, pero sin casco.
-          Una reunión clandestina, esto no puede ser bueno- dijo Nero, siempre suspicaz.
-          Los he hecho venir a los tres porque voy a conectar el dreadnought- dijo el tecnomarine, quien tampoco tenía casco.
-          Bien, Arteus, ¿Cuál es el problema?- inquirió Loken.
-          Los necesito a los tres aquí, no quería hacerlo solo.
-          Así si nos mata que nos mate a los cuatro, no Arteus- dijo Nero, medio en serio, medio en broma.
-          Procede - dijo Loken- veremos qué pasa.
Tanto Nero como él se llevaron sus manos a su pistola bolter. Sabían que aquello no le haría nada, pero los tranquilizaba.
-          No le he conectado ningún sistema motor ni de armamento- dijo Arteus- solo es una prueba básica de testeo.
Todos asintieron. Nero se acercó a Loken.
-          Y también quiere saber quién es, ¿no Garvi?
-          Si, la verdad siento curiosidad, y miedo.
Nero asintió. El sentía lo mismo.
El tecnomarine opero los controles desde un  terminal y la maquina reacciono como con un chasquido. Su cintura giro  con un sonido metálico.  Su cabeza, que imitaba el casco de una armadura Mk4 giro y sus ojos se iluminaron con una fulgurante luz roja.
-          ¿ Don…de es…toy?- dijo con voz metálica su sintetizador vocal.
-           Tranquilo- dijo Arteus con voz calmada, operando el terminal-, dame tus datos.
-          Dreadnought Proyecto 1. Sujeto experimental. Cuerpo biónico número de serie NHJK56. Versión de memoria tipo 5.0.
-          Dime tu nombre o apelativo.
El dreadnought se quedó en silencio.
-          Me llamo…me llamo… Sejanus.
-          Hastur…Sejanus- dijo Loken sorprendido.
-          Si Hastur Sejanus, así me llamaba de mortal. Antes de ser un…- el dread se interrumpio-, la Gran Cruzada ya ha terminado, ¿no, capitán Loken?
Eso sí dejo a Garviel fuera de sitio. Lo había reconocido.
-          Si- contesto Loken-, la Gran Cruzada termino.
-          Unificamos a la Humanidad, gracias al Emperador y al Señor de la Guerra.
Loken no contesto. Miro a Arteus, quien desconecto el dread.


-          No puedo creer esto- dijo Nero mientras estaban en la sala de  reuniones de la Legión.
-          Ahora que lo pienso es lógico- le contesto Loken-. Era el mejor de todos, el más cercano a Horus, como un hijo. Era su consejero, era quien le decía todas las verdades en la cara. Si él hubiera vivido, no hubiera pasado nada. Él hubiera aconsejado a Horus.
-          Pero murió- dijo el apotecario-, murió hace casi diez mil años en 63-19, ¿no?
-          Si- dijo Nero, muy turbado-, lo mataron los Invisibles del Falso Emperador.
-          El Señor de la Guerra nunca encajo bien la muerte de Sejanus- dijo Loken- siempre lo tenía en su memoria. Alguna vez que otra me decía, Hastur hubiera dicho lo mismo.
-          Te eligió a ti como su sustituto en el Mournival, Garvi. Eras quien más se le parecía.
-          Tarik fue quien se lo aconsejo a Horus. Después del asalto al palacio, Ezekyle también hablo bien de mí. Por eso me eligió.
-          Eras el mejor- dijo Nero-. Por encima del resto, sé que Tarik se metía mucho contigo, que te decía muchas cosas, casi siempre se reía de ti, pero era tu mejor amigo.
-          Lo echo de menos, la verdad, pero eso que hizo Horus, no está bien- dijo Loken cerrando su puño- no está bien. Nunca haría eso a nadie.
-          No es su elección comandante- dijo el apotecario-. Cada uno elige su forma de contribuir al Capítulo. Muchos eligen esta opción antes de morir, de ser olvidados para siempre. Su semilla genética es retenida por los apotecarios. He revisado la huella genética del dreadnought y es la de Sejanus. Idéntica.
-          Eso quiere decir que es él, o un clon.
-          Sí, eso es un clon, en todos los aspectos. Incluso en sus recuerdos- dijo el apotecario- el problema es…
-          Si aceptara todo lo que ha pasado en este tiempo, ¿no Dremis?
-          Exacto comandante. Vera, su mente es la de Sejanus, sus recuerdos, todo. Por suerte tiene una conexión con la realidad, usted, a quien ha reconocido.
-          Es verdad- dijo Nero-, te reconoció.
-          Debemos de aprovechar ese punto. A partir de ahí debería de ser fácil hablar con él. Comandante tiene usted un nexo de unión con él.
-          ¿Qué le digo?, mira Hastur, Horus nos traiciono a todos, casi nos mata y mato a Sanguinus y al Emperador.
-          Debe de saber la verdad- dijo el apotecario.
-          Garvi si de verdad es Sejanus sabrá elegir lo correcto- dijo Nero-, era un héroe, era noble, era…
-          Era Sejanus, era Sejanus, solo Sejanus. Lo sé. Y lo haré, es mi deber. Soy el oficial de mayor graduación, y quien lo más admiraba. Lo hare, cuando esté preparado.

Paso un tiempo, tal vez semanas, meses, cuando Loken tuvo otra vez valor para enfrentarse a la máquina. Estaba allí, delante de él. Era impresionante, pero lo qué más le impresionaba era quien estaba dentro en realidad. Arteus le había puesto ya un brazo de combate, una mano metálica armada con un bolter storm, uno de los bolters más potentes. Afortunadamente no tenía munición, pero un manotazo del dread con la fuerza que tenía podía dejarlo fuera de combate durante un buen rato. También le había conectado las funciones motoras, con lo cual el dread podía andar perfectamente. El tecnomarine le había enseñado como conectarlo, porque lo quería hacer solo. Loken seria muchas cosas, pero no un cobarde. Aquello demostraba el carácter del cual estaban hechos los astartes del 30 milenio. Acciono el terminal.
Sejanus se movió. Su mano hizo un giro circular.
-          Hola Garviel- dijo con voz metalica. Loken reconoció su voz, aunque distorsionada por el sintetizador vocal.
-          Hola Hastur-le contesto- ¿cómo estás?
-          Creo que bien, si es como se dice. Si estoy bien, gracias.
-          Tenemos que hablar Hastur, te puedo llamar así, ¿no?
-          Si, puerdes llamarme así, por mis recuerdos creo que teníamos alguna relación.
-          Si, aunque más bien poca. Tueras el capitán de la cuarta y yo el de la décima, un capitán recién ascendido después de Ullanor.
-          Recuerdo Ullanor, una gran victoria, recuerdo al Emperador, a Lupercal. Fue un gran momento. Entonces se convirtió en el Señor de la Guerra.
-          Si, fue un gran momento. Hastur debemos de hablar de él, del Señor de la Guerra.
-          Bien, creo que llevo un gran tiempo fuera de combate. Cuenta.
-          ¿Qué quieres saber?
-          Todo lo que ha pasado.
-          ¿Qué es lo último que recuerdas?
-          Horus me envió a mí a mi escuadra a ver al Emperador de 63-19. Lo último que recuerdo es que me arrodille ante él y le dije las palabras de cortesía.
Loken ando unos pasos hacia la derecha y miro fijamente al dread.
-          El Falso Emperador os asesino a ti y a tu escuadra. Los Invisibles lo hicieron.
-          Bueno, es lógico, si estoy en este cuerpo metido.
-          Si, la verdad es que sí. Pero te vengamos. Horus mando una segunda embajada. Maloghurt fue enviado. Y detrás nosotros. Lo derribaron y entonces actuamos.
-          Bien hecho, cuenta más.
Loken le conto todo lo que paso, como se enfrentaron a los soldados, su pique con Abaddon por llegar primeros a la torre y su enfrentamiento con los Invisibles. También le conto como vio como mataban al Emperador. Recordó el chiste favorito de Togarddon, Garvi tu viste matar al Emperador.
-          Y cuando todo estaba perdido, cuando creíamos que estábamos muertos apareció Horus y mató al Emperador. Cuando estaba a punto de caer por el borde, la mano de Horus me salvo y me levanto. Caí sobre el suelo.
-          Suena mucho a Horus, aparecer al final, justo a tiempo- dijo el dread mientras parecía que sonreía
-          Si la verdad es que sí.
Continuo contándole lo que ocurrió después, su ascenso al Mournival y de cómo fue aceptado por todos como un miembro más. Le conto como Tarik lo ayudo a establecerse. Al estar pacificado, en teoría 63-19, la Legión debía moverse a la siguiente zona de conquista, solo quedaba por terminar con las Cabezas Susurrantes, el último bastión de resistencia donde las tropas regulares tuvieron muchos problemas. Horus le mando a él para solucionarlo.
Le conto lo que allí ocurrio, cuando tomaron el bastión, lo que le ocurrió a Jubal y como afecto no solo a él sino a todos los demás, incluidos los rememoradores. Llegados a este punto Sejanus hablo.
-          Lo que me cuentas es hechicería, Garviel, seguro que fue eso.
-          Lo hubiera creído sí, no hubieran sucedido cosas después, que te relatare a su debido tiempo.
Continúo contándole lo que sucedió después, cuando encontraron a Tarvitz y a Lucius en Muerte, su siguiente misión. Ahí fue Togarddon quien se llevó los honores, al salvar a los Hijos del Emperador de una muerte segura, por el orgullo de Eidolon, el comandante de la fuerza astarte.
Cuando hubo terminado, de contarle la campaña, Loken comenzó a contarle la formación de logias en el seno de los Lobos. A él no le agradaba aquello, solo fue a una reunión y lo dejo, porque le daba mala espina.
Despues le comento  su visita a Xenobia, como acabo todo con el robo de una espada, el anatam y como salieron de allí y se dirigieron a sofocar una rebelión en Davin.
Loken hizo una pausa. Tenía que ser muy convincente en lo que iba a contar, ya que en ello iba el peso de toda la historia. Continuo contándole lo sucedido en Davin, como  lucharon en la luna de Davin contra muertos vivientes, y como llegaron hasta Temba, como Horus se enfrentó a él y como fue herido de muerte por una espada.
-          No actuamos bien después de eso. Al llevar  a Horus herido a la nave, pagamos nuestra rabia con los humanos que nos esperaban para saber que le había pasado. Matamos a muchos.
-          No os controlasteis, solo fue eso. Un astarte es un ser poderoso, casi un dios a los ojos de los humanos.
-          No debimos haber cruzado aquella línea Hastur, no debimos. Despues todo cambio. Mientras Tarik y yo intentábamos hallar una cura para Horus, Aximand y Abaddon actuaron por su cuenta, aconsejados por Erebus.
-          Erebus, de los Portadores de Palabra.
-          Exacto, le conociste, seguro.
-          Si lo recuerdo. Nunca confié en ellos. Demasiados fanáticos.
-          Lo que voy a contarte ahora es crucial. Mientras, como te dije antes, Aximand y Abaddon llevaban a Horus a Davin, nosotros volvimos a la luna y allí encontramos el arma que hirió a Horus y mato a Moy. Era el arma robada en Xenobia.
-          ¿Un complot?, ¿quién quería herir o matar a Horus?
-          Llegamos tarde Tarik y yo, cuando nos enteramos, era demasiado tarde. Cuando regreso de Davin Horus ya venía cambiado, y se abrió una sima entre Aximan, Abaddon, Tarik y yo. Se formaron dos bandos, el Mournival, por orden de Horus casi fue desecho, y Erebus se convirtió en consejero de Horus. Las logias fueron autorizadas por Horus. Después…descubrí cosas, ciertas cosas. Hastur, Erebus corrompió de alguna forma a Horus, y después fuimos enviados a aquí, Isstvan III. Por qué estamos en Isstvan III, mi última misión como Hijo de Horus.
Un silencio se hizo. Loken continúo.
-          Descubri que Erebus robo la espada que hirió a Horus, que todo era un plan de los Portadores de Palabra. Tarik, quien estaba todavía en la  logia revelo a todos la verdad incluso se enfrentó a Erebus, a quien amenazo. Después la abandono. Aquello nos aisló, pero encontramos un aliado, Tarvizt, quien también sospechaba de movimientos extraños en su Legión. Pero además no estábamos solos. Iacton, quien tampoco estaba de acuerdo con ellos mostro por primera vez desde hacía tiempo su carácter, y además también varios civiles se nos unieron. Keeler y Oliton, dos rememoradoras y Sidermann se unieron a nuestra causa y la verdad su unión fue crucial para lo que sucedió después. A nosotros nos enviaron a este planeta.
Continúo relatándole lo que pasó a continuación, como los primarcas eligieron personalmente las escuadras que bajaron, y como, después lucharon allí.
-          Fue una masacre, nos enviaron a nosotros, a los Devoradores de Mundos, a los Guardias de la Muerte y a los Hijos del Emperador. Masacramos a los soldados rebeldes, incluso llegamos hasta el palacio. Todo estaba bajo nuestro control y entonces…entonces sucedió. Tarvizt se enteró de lo que pasaba y bajo al planeta, cubierto por Garro. Y nos informó de lo que iba a suceder momentos antes, íbamos a ser bombardeados desde la órbita con un virus devorador de vida. Murieron millones en un momento, soldados, astartes, civiles, inocentes y culpables. Muchos nos ocultamos y vimos claro lo que estaba pasando. Garro apenas pudo escapar con Iacton y setenta Guardias de la Muerte. Su misión era ir a Terra e informar al Emperador. Ellos tuvieron sus vicisitudes y cumplieron su misión. Mientras nosotros luchábamos en Isstvan III por las nuestras. Luchamos durante semanas, contra todos, contra la Guardia de la Muerte, contra los Devoradores de Mundos, contra los Hijos del Emperador, contra los Hijos de Horus. Nos autonombramos los Lobos Lunares, despintamos nuestras armaduras quitamos el Ojo de Horus y volvimos a garabatear el lobo con la luna. Fuimos traidores a Horus, fuimos leales al Emperador. Despues nos traicionaron. Lucius nos traiciono y vino la verdadera masacre. Tarvizt, junto con Nero y los demás huyeron de milagro, gracias al sitio donde estamos ahora. Nosotros… tuvimos menos suerte.
-          ¿Menos suerte?
-          Tarik y yo ideamos un plan, enfrentarnos a Aximand y a Abaddon. Luchamos con ellos. Tarik contra Aximand, yo contra Abaddon. Hermanos contra hermanos. Aximand mato a Tarik- Loken se emocionó al recordar a su amigo-, le corto la cabeza. Creo Aximand estaba tan horrorizado como por lo que había hecho. Y Abaddon me dejo mal herido, casi muerto. Después, Horus, al ver que se quedaba sin tiempo ordeno un bombardeo orbital. Ya no recuerdo nada más, lo que paso después esta en mi memoria muy gris, pero viví en una pesadilla, de la cual desperté dos años después enfrentado a Garro.
Sejanus miro con sus ojos rojos a Loken.
-          Lo que me has contado es muy turbador, es… algo… no se. Necesito pensar, necesito salir de aquí, fuera.
-          Hay una salida a la superficie pasando el manufactorum, si no me crees puedes verlo por ti mismo, la devastación de Isstvan III.
Sejanus se volvió y salió pesadamente por  la puerta del manufactorum. Loken se volvió y emprendio camino a sus habitaciones. Sejanus debia de pensar y mucho de qué lado estaba.

Pasaron unas horas cuando, Loken volvió a salir al exterior. Todo estaba como el recordaba. Y allí encontró a Sejanus. Se acercó a él.
-          Hola Garviel- dijo el dread.
-          Hola Hastur.
-          Termina de contar que sucedió después.
Loken le relato la traición de Isstvan V, y como Horus fue lentamente llevando la guerra hasta Terra. Despues le relato la lucha en el palacio, como lucharon hermanos contra hermanos, como murierón Erhlen y sus Devoradores frente a Angron y como frenaron el avance de este. Después le conto como Horus mato a Sanguinus, y su enfrentamiento contra el Emperador. El, junto con Garro, Tarvizt y Qruze fueron testigos, con Dorn, quienes lo encontraron mal herido, al lado de los cuerpos de Sanguinus y Horus. Y como fue sentado en el Trono Dorado.
-          Lo que sucedió después es ya historia. Continuaron una sucesión de guerras, las Legiones Traidoras huyeron al Ojo del Terror. Después las Legiones desaparecieron, sustituidas por capítulos. Fue idea de Guilliman, quien creo lo que se llama el Codex Astartes.
-          Pero los Lobos continúa como Legión.
-          Si, la única Legión, uno de los hijos secretos del Emperador. Fueron sus últimas órdenes. Garro creo las bases de lo que ahora se conoce como los Guardianes de la Muerte, un grupo de marines seleccionados de distintos capítulos que se unen para realizar misiones secretas. Forma parte de lo que se llama el Ordo Xenos, la Inquisicion. Iacton puso las bases de lo que se llaman ahora Caballeros Grises, Ordo Malleus, otro de los brazos de la Inquisición. Saul formo con sus hombres, una veintena, una especie de Protectores del Emperador, nadie sabe que existe, ni siquiera los Custodes, ni los Invisibles.
-          Y tú tienes esto no.
-          Si esto, una tarea bastante grande, sin medios, solo los que yo reúna.
-          Y me encontrasteis.
-          Si, en Tallarn, en una base secreta y abandonada de Horus. A ti y a un Fellblade que no funciona.
-          He estado pensando, todo. Sé que debo de tomar una decisión. Ser leal al Emperador o a Horus.
-          Exacto.
-          Y mi supervivencia depende de ello. Si estoy en contra del Emperador me matareis, ¿no?
-          Hastur, mira, no sé qué haremos. Pero si de verdad eres Sejanus ya has tomado una decisión, y esa decisión será justa, ¿no?
-          Me conoces muy bien. Sabes que fui un hombre de honor y como tal debo de ser. Horus traiciono la Legión, al Emperador y a la Humanidad. Mi decisión ya está tomada. Estoy con vosotros. Sois la Legión, sois mis hermanos.

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