Este es el relato que presente a la Wargame Contest III, desgraciadamente
fue el único que se presento. La historia trata de cuando Tarik, capitán de la
segunda compañía encuentra a su lobo Reev. Espero que os guste.
Tarik estaba allí, en mitad del inmenso hielo de Fenris.
La verdad es que el mismo se lo había buscado, pero sintió en su interior que
era su deber. Los Lobos Espaciales lo trataban muy bien, con deferencia y
rápidamente se adapto a ellos, pero era solo eso, un invitado. De todos solo había trabado amistad con Sven, un viejo lobo espacial, que le
contaba historias del pasado, del pasado de Fenris. Y entonces le dijo lo la de
la Prueba. Si pasaba la prueba seria aceptado como un Lobo. Y Tarik se presento
a la Prueba.
Al principio les costó aceptarlo, pero persevero y lo
hicieron. Ahora estaba allí, en medio de un desierto de hielo. Hacia ya tres
días que deambulaba por allí, buscando. Y había encontrado piedras con las que
fabrico un tosco cuchillo, que le sirvió para más tarde fabricarse una lanza
con hueso de algo muerto hacia mucho
tiempo. Había matado algún animal y se había cubierto con su piel, pero aun así
tenia frio. Necesitaba buscar algo a cubierto, una cueva tal vez donde resguardarse
y hacer fuego. Sabía hacer fuego, otra cosa era que pudiera hacerlo.
Y encontró la cueva. Entro en ella en alerta con la lanza
en posición de ataque, listo para entrar en acción. Lamentaba no tener su
armadura ni su casco, que lo podían haber alertado de cualquier peligro. Aún
así poseía la astucia de un legionario y su entrenamiento.
La cueva era espaciosa, pero no lo bastante grande como
para que cupieran muchas personas. Se tuvo que agachar hasta llegar a una
cámara, donde algo lo sorprendió. Un
lobo.
Sven le había contado historias de ellos, de los Lobos de
Fenris, el depredador más peligroso del planeta y ahora estaba ante no uno,
sino dos. Estaba en guardia, pero observo algo extraño. Uno de ellos, el más
grande, estaba tendido en el suelo como inerte y el otro, más pequeño pero del tamaño de
un perro normal estaba acurrucado. Lo
olió y el lobo se levanto. Era blanco como la nieve, con motas de pelo casi
rubio, pero muy cercano al blanco. Lo miro con sus ojos amarillos y le mostro
los dientes. Lo observo y vio que era un cachorro, podría tener unos tres o
cuatro meses y seguro que el otro era su
madre. Y estaba muerta. Tarik lo observo atentamente y se movió con lentitud
extrema. El animal podría atacarle e incluso matarle. Si hubiera tenido su
equipo de combate no hubiera sucedido nada, pero armado solo con una lanza de
hueso y vestido con pieles, poco podía hacer.
Le hablo, despacio y dulcemente, algo que era muy raro en
él. El animal lo miro y ataco.
A Tarik lo cogió desprevenido, pero el lobo pasó de largo
junto a él. Se giro y vi al enemigo, un gigantesco Oso Blanco. El lobo se lanzo
a por él y Tarik hizo lo propio. Sabía que si mataba al lobo después iría por
él.
La lucha era desigual, el oso intentaba sacarse al lobo,
pero este lo mordía. Era muy valiente, pero actuaba solo por instinto, proteger a su madre. Tarik, con la lanza le
ataco y lo hirió levemente. Entre los dos, lobo y astarte le atacaban. El oso
se defendía, pero con los dos no podía, así
que le lanzo un manotazo al lobo que salió despedido. Y chocó contra una pared.
Tarik atacó a fondo y le atravesó el
corazón con la lanza. El animal continuaba sacudiéndose y entonces utilizo el cuchillo,
asestándole varias puñaladas. Por fin el oso cayó muerto.
Tarik, respiro hondo y se volvió rápidamente. El lobo
estaba allí tirado en el suelo, herido. Tarik se acercó a él y utilizando
trozos de sus pieles le curo las heridas. El lobo le lamio la mano, sabia que
no estaba en condiciones y seguro moriría.
Tarik lo cuido en aquella cueva durante días. Hasta que
al final, el cachorro se curo. Él le hablaba y el animal parecía entenderle, y
aunque parezca raro se hizo su amigo. Le debía su vida y aquello era algo que
lo uniría para siempre. Era ante todo lealtad.
Ambos partieron, hacia El Colmillo, que era la base de
los Lobos Espaciales. Atravesaron hielo y roca y por fin lo vieron.
Cuando Sven vio al chico no se lo creía, había pasado la
prueba, había demostrado que era digno para ser considerado un hermano lobo.
Pero lo que más le sorprendió fue ver que venia acompañado por un cachorro de
lobo.
Para celebrarlo organizaron un ritual. Para él le
regalaron a Tarik una armadura blanca, cubierta por pieles de oso, pero lo que
más le gusto al chico fue que Logan Grimnar, El Gran Lobo
le regalase una espada, cubierta con runas de poder escritas en fenrisiano. Y
desde aquel día seria conocido con un nuevo nombre, Lobo Blanco y seria
considerado un hermano entre los Lobos Espaciales.
Muy "bonico", como decimos los de por aquí, enhorabuena!
ResponderEliminarGracias. He intentado hacer algo distinto, que no fuera tan soy marine y me cargo a todo el que viene, como el resto. He intentado reflejar hasta cierto punto, la parte humana de los Marines Espaciales. Eso si he hecho lo que he podido ya que solo eran dos paginas la extensión del relato.
Eliminar